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ALCANT011 Mula de Intendencia 2

REF: ALCANT011
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Soldado con mula y barricas de agua. Contiene una miniatura de mula, una miniatura de mulero y la carga para la mula. Miniaturas en metal escala 28 milímetros heroico. El mulero viene con dos opciones de cabeza: chambergo y gorro panadero. Las miniaturas se venden sin pintar y sin montar en caso de no ser miniaturas de una sola pieza. Peanas no incluidas.

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Si consideramos que ejércitos posteriores, como eran en 1945 el del Tercer Reich o el de la URSS, seguían siendo en su mayoría hipomóviles, queda en contexto que veintitantos años antes, el Ejército español también lo fuese.

Pero aunque “hipomóvil” significa literalmente “movido por caballos”, también se empleaban miles de otros cuadrúpedos, más humildes pero muy necesarios para poder mover toda la impedimenta de un ejército moderno, tal y como se llevaba haciendo desde los tiempos de los romanos. Nos referimos, lógicamente, a las mulas. Cruce entre caballo y burro, por su parte caballuna heredan tamaño y musculatura; por su lado pollino, resistencia y habilidad para moverse por terrenos inhóspitos. Como conjunto, un animal capaz de llevar la misma carga de un caballo, cansándose menos y caminando por caminos imposibles.

Pero no todo son ventajas. La característica más conocida de una mula es su tozudez, como demuestran los diferentes refranes sobre ser “tozudo como una mula”. Cierto veterano ganadero opinaba que, siendo la mula el fruto de una “noche loca” entre caballos y burros, la mula tenia el mal genio del hijo no deseado…

Tener que lidiar con semejante animal era la labor de los acemileros (ya que “acémila” es el término militar para las mulas de carga), soldados que, en más de una ocasión acababan aquí como castigo, tan duro y demandante era trajinar con estos equinos cabezotas pero necesarios. También hay una expresión que es “jurar como un acemilero -o un carretero-“, ya que había muchos tiros de carros formados con mulas; y no juraban por ser maleducados: ¿que saldría por tu boca si un mulo se para en mitad del camino y decide no seguir, por mucha piedra o palo con el que se le castigue? Ese era el día a día del acemilero, además de colocar con inteligencia y seguridad la carga de cada animal, y descargarla al llegar a destino.

 Fuera como fuese, con estos animales se realizaban todo tipo de transportes: municiones, armas desmontadas (ametralladoras y pequeños obuses), bagajes, heridos y sobre todo (en el norte de África) la imprescindible y siempre escasa agua. Agua para hombres y bestias por igual, puesto que los cuadrúpedos consumen una gran cantidad de agua a diario.

Por tanto, podemos inferir que, de todas las misiones encomedadas a los acemileros y sus animales era la aguada: ir desde una posición hasta el arroyo, pozo o acequia más cercana que a veces podían ser varios kilómetros, llenar los bidones y regresar hasta la sedienta posición. A la tozudez de las mulas, lo difícil del camino y lo pesado del trabajo, había que contar con el posible “Paco” que con su fuego complicase la operación (cuando no eran grandes grupos de enemigos que, debido a su fusilada, hacían milagroso el que al menos una parte del agua pudiese llegar para aliviar a los deshidratados soldaditos.

Sirva esta miniatura y estas líneas como homenaje a estos animales y los hombres que los guiaban, héroes olvidados y humildes quienes desempeñaron, sobre todo en esta guerra, una labor ingrata pero imprescindible.

ALCANT011
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