Rifeños - Disparando - 1921/1927

La mayoría de las tropas rifeñas eran las Harkas de las Cabilas que se iban alzando contra el Majzén (y de rebote, contra España, por ser el “Protector” del Sultán en esa región). Más allá de un pequeño contingente “regular”, embrión de lo que debía ser el Ejército de la República del Rif, y que debía dividirse, bien como tropa de choque, bien como unidad ejemplar, en los varios ataques que simultáneamente podían realizarse, el grueso de los combates lo sobrellevaron las Cabilas, que enviaban sus Harkas, sus levas tribales, podríamos decir, a la lucha. Armadas al principio con espingardas tradicionales y todo tipo de armas obsoletas, desde Miniés a Remingtons, poco a poco fueron equipándose con fusiles modernos: unos recibidos de España y Francia cuando la Cabila en cuestión era considerada amiga, otros tomados tras combates como el icónico desastre de Annual, y no poca parte a través de inescrupulosos traficantes de armas de todo pelaje, quienes les hicieron llegar desde lo último en el mercado a auténticas basuras y desechos inútiles. Al arma de fuego, todos los cabileños acompañaban la tradicional gumía, herramienta y arma. A veces de gran longitud, su uso en mutilaciones de heridos y cadáveres creó una aureola temible a este cuchillo o puñal tradicional.